“A Monseñor Marcel Lefebvre recuerdo de su paso fructuoso y meritorio por este país.
El ruiseñor, fusilado.
Homenaje del sacerdote simple.
L. Castellani, julio de 1977”
Contra su voluntad, el PADRE CASTELLANI fue profeta de desgracias, es decir, vislumbró la destrucción de la tradición en Occidente sin cerrar los ojos ante ella y, como buen médico, suministró el único remedio posible hoy en día: “la primera medicina es saber la enfermedad”… y por eso fue grande.
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Editó Gabriel Pautasso
Diario Pampero Cordubensis nº 169
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