miércoles, 30 de julio de 2008

El programa cambio y documentos de montoneros

Describe, analiza y descalifica, ética y conceptualmente, los proyectos y el programa cambio de la organización armada clandestina Montoneros, principal actora del terrorismo en la Argentina.

Dispusimos, para tal fin, de publicaciones y documentos fidedignos, profusamente por la organización clandestina, complementados con el examen de las fuentes originales más notorias de si ideología. Debíamos describir, analizar y criticar los proyectos y planes de la denominada, por los organismos oficiales de Inteligencia, “Organización Armada Clandestina – OAC – montoneros”, según su ordenamiento propio de las instancias de un proceso nacional (Ver del autor, “Base de partida conceptual para comprender la crisis argentina y del mundo de postguerra. Precisiones en torno a la Estrategia. Revista Argentina de Estudios Estratégicos. Nº 5. Año 1985. Buenos Aires. Argentina. Se trata del tcnl MARIO ORSOLINI).

En efecto, los montoneros fueron derrotados en los ámbitos que ellos mismos para librar la batalla, dejando de constituir un peligro inminente. Incluyendo en el análisis todo el período presidencial del alfonsinismo (1983-1989), durante el cual, durante el cual, la subversión cambio su estrategia y su táctica, sin dejar por ello, sin dejar por ello de estar por ello de estar presente e influir sobre el acontecer histórico.

En la primera parte, exclusivamente referida a Montoneros, tratamos el proyecto ideológico de transición, el proyecto político, la política para la toma del poder, la resolución y plan estratégicos y los planes para el período preelectoral del año del año 1983, establecidos y aplicados por la organización clandestina. Programa Montoneros en acción.

Entendemos que ello era imprescindible para la correcta preparación de la última batalla, aún no disputada, batalla que se librará, en sus fases finales y decisivas, en el campo del pensamiento, la ideología y la cultura. Precisamente el ámbito en el que nuestra respuesta fue y es insuficiente. Períodos estudiados: 1976-1983; 1983-1989; l989-1999; 1999-2003; 2003-2007; 2008-…

Este libro abarca, con esta ampliación al proyecto original, los últimos veinte años de la historia argentina reciente, dos décadas trágicas en que imperaron los desencuentros, la muerte y la involución, aproximándose al portal de ingreso a la anarquía, el caos y la desintegración.

El rasgo más descollante de este amargo y duro período, el trasfondo sobre el cual se proyectaron los acontecimientos, fue el cotidiano careo, el juego dialéctico subyacente, entre las fuerzas agresores de la subversión, en sus distintas manifestaciones, y la reacción, muchas veces tumultuosa, incluso con la ruptura de la cadena de subordinación (“Operación Dignidad” – Nuevo Ejército Argentino) – de las reservas de la sociedad, en su patriótica y obstinada negativa a desaparecer como comunidad organizada, según valores humanos e instituciones rectoras tradicionales e irrenunciables.

Recomendamos dos libros que contribuyen a atenuar esa debilidad, señalándonos el rumbo correcto para la superación de la encrucijada. Uno pertenece al General RAMÓN G. DIAZ BESSONE con “Guerra revolucionaria en la Argentina (1959-1978). Círculo Militar. 1988. Buenos Aires. Argentina, y el otro, al libro del Coronel ABEL U. DE LA VEGA con su “Espejismos y realidades en torno a la contraguerra revolucionaria argentina”. Distribuidora y Editora Theoría srl , 1989, Buenos Aires, Argentina., quien con su reconocida solvencia intelectual, se refiere a la que denomina “contraguerra revolucionaria argentina”, repetimos, demostrando con fundamentos irrefutables, de naturaleza teológica, filosófica y jurídica, la justicia y la legalidad de la respuesta dada a la agresión, aventando toda la hojarasca ideológica que motivara y sostuviera el juzgamiento y la condena de las fuerzas armadas y las fuerzas del orden. Estamos en 2008. Desde 1983 a 2008: 25 años de juzgamiento, salvo desde 1989 a 1999.

IDEOLOGÍA. PROYECTO IDEOLÓGICO. PROGRAMA CAMBIO.

El marxismo-leninismo no reconoce una jerarquía superior a los valores referidos al hombre, fines últimos de la existencia humana y relaciones de aquel frente a Dios Trino y Uno, frente a los demás hombres y frente al Universo.

Su concepción materialista, al negar la trascendencia, se encuentra insanablemente inhibida para ubicar al hombre como “sujeto, principio y fin” de todas las instituciones y para imponer a las organizaciones sociales la exigencia de obrar como ámbito idóneo para la realización de la persona, en su plenaria dimensión.

Por el contrario, incurre en el extremo, de afirmar que las ideologías, las costumbres, las normas jurídicas y hasta la moral resultan, “en última instancia”, una superestructura resultante de la titularidad y de las relaciones de los medios de producción.

De allí que su discurso, ideológico y político, confundiendo valores con instrumentos, fines con medios, pretenda sustituir la propiedad privada de los medios de producción por la propiedad estatal, dando por sentado que el simple traspaso de la titularidad será suficiente para cambiar al hombre y tornar más justa la sociedad.

Desgraciadamente, también la llamada “teología de la liberación” incurre en similar simpleza. Tal utópica y dogmática cosmovisión adopta, en lo esencial, el mismo presupuesto de partida del capitalismo ortodoxo que critica, para el cual las solidaridades sociales son una consecuencia, más o menos espontánea, de la libertad individual, propiedad e iniciativa privadas y libre juego de las leyes del mercado.

El resultado histórico de dichas teorías materialistas ha conducido, en un caso, a la negación de Dios, supresión de la libertad y reemplazo de una denunciada explotación económica por otra, cualitativa peor, de naturaleza política; en el otro, en sus manifestaciones más agudas, a la paulatina reducción del hombre a la condición de “unidad de consumo” y de la sociedad a la de simple mercado.

Es decir, la respuesta a la extrema dispersión a la que conduce el individualismo cerril fue la concentración opresiva del poder, que alimenta el colectivismo.

Ambas ideologías excluyen a la PERSONALIZACIÓN, DIGNIDAD DE LA PERSONA, SOLIDARIDAD, RESPONSABILIDAD SOCIAL, SUBSIDIARIDAD, entre otros, como valores prescriptivos de las organizaciones sociales.

En cuanto a sus visiones del futuro, ambas cosmovisiones, individualistas y colectivistas, lo vislumbran a través de las hipótesis de evolución únicas, rígidas, materialistas y dogmáticas, expresadas, en un caso, a través de la “mística del progreso indefinido”; en el otro, suponiendo el inexorable “dominio del proletariado, la supresión de las clases sociales y la destrucción final de la burguesía capitalista”.

Las filosofías consideradas desconocen y aún desprecian la realidad nacional a las se aplican; la problemática, expectativas y concretas necesidades de la Nación y, para acentuar aún más su peligrosidad, constituyen sutiles arietes de una penetración orientada hacia el dominio cultural, cuya última consecuencia será postrar a la Nación en la más abominable de las dependencias, impidiéndole el tránsito, desde el Estado formal que hoy constituye, a la nación sustancial que deberá ser.

La Organización Montoneros, intuyendo que la filosofía marxista trastoca la jerarquía natural de instancias de un proceso nacional, se ha visto obligada a ubicar, en la cúspide de la misma y como base de arranque de su propuesta, lo que llama Proyecto Ideológico, sustituto de un verdadero y auténtico “programa Cambio”, proyecto de sociedad civil. No es está, por otra parte, la única concesión que una lógica elemental le ha impuesto.

Con respecto a tal proyecto ideológico (programa Cambio), lo denomina, ambiguamente, “Patria socialista”, sin entraren detalles comprometedores, pasibles de críticas y motivo de disidencias; detalles además, que el marxismo no tiene teóricamente dilucidados.

En su verdadero alcance y últimas consecuencias “patria socialista” significa, entre otras cosas, según lo podemos deducir:

- Ejercicio del poder: como potestad y derecho exclusivo de la clase trabajadora (mesianismo proletariado).
- Dictadura del Proletariado: aniquilamiento de la pluralidad social;
- Partido único: supresión de los partidos políticos, en especial los de inspiración liberal y eliminación violenta de la oposición política;
- Supresión de la propiedad privada: actividad en manos exclusivas del Estado. Reemplazo del capitalismo tradicional por el capitalismo de Estado;
- Desaparición final de las clases: por aniquilamiento, absorción o pérdida absoluta del ejercicio de la representación social, en cualquiera de sus manifestaciones de todas las clases, excepto la proletaria. Allí donde el marxismo-leninismo triunfó y lleva muchos años en el ejercicio irrestricto del poder, tal “proyecto ideológico” o “programa cambio” (según la fórmula de Montoneros) condujo a una:

- DICTADURA DE UN HOMBRE O UNA “TROIKA” SOBRE EL PARTIDO;
- DICTADURA DEL PARTIDO SOBRE EL ESTADO;
- DICTADURA DEL GOBIERNO SOBRE EL ESTADO;
- DICTADURA DEL ESTADO SOBRE LA NACIÓN, LA SOCIEDAD Y EL HOMBRE.

Esto es, a resultados inversos a los que preconiza nuestra filosofía política en la cual, al menos teóricamente, el gobierno sirve al Estado, el Estado a la nación y la nación al hombre, en su realización integral.

De todos, no es el proletariado quien ejerce el poder real sino la estructura política que, “desde afuera”, le ha impuesto su liderazgo y se atribuye su representación y la interpretación de sus “intereses de clase”. Además, la supresión de las organizaciones sociales intermedias, aptas para interponer efectos de amortiguación, deja inermes a los ciudadanos frente a la omnipresencia y omnipotencia del Estado.

Montoneros se había visto obligado a hacer concesiones ideológicas a la realidad imperante en nuestro medio, apartándose de la ortodoxia marxista-leninista.

A la heterodoxia ya analizada (proyecto ideológico o programa cambio instalado como instancia suprema del proceso) siguen otras, no menos significativas.

Sea en su carácter de nueva concesión a la situación singular de la Argentina; sea con la intención de cubrir vacíos teóricos notorios; fuera, en fin, como exigencia oportunista para encubrir su real ideología, lo cierto que introduce el concepto de “etapa intermedia” o “Proyecto ideológico de transición”, inexistente en el marxismo-leninismo ortodoxo.

Por tal adopta, como transición hacia el socialismo (léase comunismo), el que denomina Capitalismo de Estado, articulando para ello:

- La alianza temporal de clases.
- El respeto de la propiedad privada de la “pequeña burguesía”.
- Un sistema económico intermedio entre la economía liberal y la economía socialista.
- Un Estado fuerte, centralizado, para “planificar” (sic) la economía, ejercer el monopolio del comercio exterior y de las industrias básicas y otorgar a la clase trabajadora el cincuenta por ciento del bruto.
- La coparticipación y la cogestión obrera.

En extrema síntesis, el proceso pasaría, según los textos de los documentos montoneros, de una estructura capitalista, liberal y dependiente, hacia una estructura socialista e independiente.

Montoneros no explica ni justifica esa desviación del internacionalista marxista, aunque ella puede obedecer a alguna, más de una combinación importante de varias de las siguientes razones, sin dejar de señalar previamente que la calificación como institución de masas aplicada al nacionalismo nos parece un despropósito, al menos en nuestro caso:

- En primer lugar, la existencia en la Argentina de un movimiento obrero organizado bajo el liderazgo de dirigentes opuestos al marxismo.

- En segundo lugar, el fracaso histórico del partido comunista argentino en su propósito y acciones encaminadas a captar y encuadrar a la masa trabajadora.

- En tercer lugar, la confesada decisión de Montoneros de infiltrarse, hasta “obtener la conducción del Movimiento Peronista” o, posteriormente, “…rescatar al Movimiento de manos de los traidores”, para “…transformarlo en un verdadero Movimiento de Liberación Nacional”. Una postura internacionalista es probable que se constituyera en un obstáculo insalvable para tal propósito.

- Probablemente, también, la intención de utilizar la experiencia proveniente de las guerras revolucionarias de Argelia y Vietnam, en las que el nacionalismo, frente a la presencia de un ocupante extranjero, jugara un papel muy importante.

- Por último, al origen de algunos dirigentes montoneros, iniciados en el nacionalismo católico.

Pero el nacionalismo de Montoneros es falso, endeble, carente de convicción y contradictorio con la esencia clasista e internacionalista de su ideológica de su ideología. En ésta, el concepto de nación, como entidad unificadora y aglutinante de la diversidad social y geográfica y como sujeto de la historia, la política y la estrategia, NO EXISTE. Pretende ser reemplazado por el de “conciencia de clase”, extendiendo por encima de los límites estatales.

Luego quedarán consignados algunos esfuerzos de la organización clandestina tendientes a obtener una “teoría revolucionaria particular”.

Conviene detenerse a analizar las discrepancias que la Organización Armada Clandestina (OAC) mantuviera con PERÓN y, a partir de ellas, con la línea oficial del Movimiento Justicialista.

EL DOCUMENTO DE LOS SABINOS. “EL DOCUMENTO VERDE”.

Este documento fue elaborado en la cárcel, como resultado de un largo debate iniciado en la prisión de Córdoba y concluido en julio de 1972, en la unidad carcelaria de Resistencia, Chaco.
Este proceso había comenzado en 1971, expresándose en documentos parciales, escritos durante ese año y difundidos algunos de ellos en la publicación “Nuevo Hombre”.
La iniciativa autocrítica perteneció originalmente al grupo de guerrilleros militantes Montoneros que cayó preso después de la toma de La Calera. Participaron en los en los debates y luego se sumaron algunos otros detenido, IGNACIO VÉLEZ CARRERAS, CARLOS SORATTI, LUIS LOSADA, JORGE COTTONE, ANTONIO RIESTRA, CARLOS FIGUEROA y JOSÉ FIERRO. El encargado de la redacción f1nal fue LUIS RODEIRO- Actualmente se desempeña como periodista de “La Voz del Interior”, ex montonero. Junto a otros periodistas como SERGIO CARRERAS y ADRIÁN BASSOLA, de La Voz del Interior de Córdoba y Ediciones del Boulevard de la ciudad de Córdoba.

El documento tiene un valor documental importante en el esclarecimiento y reconstrucción de la historia de la lucha armada en nuestro país a partir de 1966. Es el proceso político e ideológico de un pequeño grupo de militantes y guerrilleros, que por destino son los primeros presos de la Organización Montoneros y, por consiguiente, parte de sus primeros cuadros. Un proceso cuya proyección como planteo teórico-político ofrece argumentos en que se basa la primera separación importante, con el surgimiento de la Columna SABINO NAVARRO. Con fuerte presencia en Córdoba y con desarrollo relativos en Buenos Aires, Santa Fe: Grupo Ateneo Universitario y Tucumán.

La definición política de Montoneros, tanto hacia fuera de la organización como hacia adentro, estaba determinada casi exclusivamente por los hechos armados: el secuestro y muerte de ARAMBURU (operativo Aramburu) y la toma de la localidad cordobesa de La Calera, que fueron decididos por el grupo líder, encabezado por FERNANDO ABAL MEDINA y el cordobés EMILIO MAZA.

Las lecturas, en esa etapa de formación, eran textos “despolitizados” en sentido estricto, quizá con mayor precisión “pre-políticos”. La historia de los curas obreros franceses, las Encíclicas sociales, el testimonio de Abate PIERRE y su EMAUS, las meditaciones del cura de izquierda ARTURO PAOLI, los conceptos humanistas de EMANUEL MOUNIER, las especulaciones filosóficas de THEILARD DE CHARDIN. Luego vendría el clima de renovación del Concilio Vaticano II, los planteos de JUAN XXIII y el surgimiento de los Curas del Tercer Mundo. Compromisos morales, con evidente raíz religiosas.

El proceso de “politización” vendría después; en algunos compañeros con la militancia universitaria o con la del peronismo como consecuencia de la “opción por los pobres”. Se expresan de manera muy especial a través de la revista Cristianismo y Revolución o de la CGT de los Argentinos, con el liderazgo místico de RAIMUNDO ONGARO.
Los grupos de izquierda se movían también por estas veredas. La lucha de los republicanos españoles contra el franquismo, la resistencia francesa, los partisanos italianos, la recuperación de la figura de ESPARTACO, la toma cubana de FIDEL y el CHE, la lucha de los vietnamitas, el compromiso de CAMILO, la Resistencia Peronista, etc.

Lo que no dice el Documento VERDE:

Para concluir una última reflexión. El texto crítico apunta a la ideologización de la lucha armada y a la idealización del Movimiento Peronista, como los pecados originales del montonerismo.
En mi libro “Fantasías de Bandoneón”, el cronista (LUIS RODEIRO) cuenta un desafío imaginario entre compañeros en el exilio, donde debían intentar un texto poético utilizando la frase “Aquí, bajo los puentes rotos” que alguna vez empleara LEOPOLDO MARECHAL en una poesía.

IV) HOMENAJE: desde aquí y ahora, DIARIO PAMPERO recuerda al Profesor Dr. JUAN LUIS NOGUEIRA GARCÍA, Decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.N.C., que el 10 de junio de 1976, fuera asesinado cobardemente por un comando terrorista del PRT-ERP en Ciudad Universitaria de Córdoba, A LAS 22,30 hs., concluir su gestión cotidiana. En una de las revistas del PRT-ERP, denominada “El combatiente”, vol. VIII, nº 156, del 24 de febrero de 1975, pp. 16, afirmaban: “Esta política ya en las recientes de decanos y funcionarios que como el caso de NOGUEIRA GARCÍA, nuevo decano de la Facultad de Ciencias Económicas, son personajes vinculados a la dictadura militar (en 1972 ejercía este cargo de Decano) y a los sectores proimperalistas”.

¡¡¡ DECANO NOGUEIRA GARCÍA, PRESENTE !!!

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