miércoles, 30 de julio de 2008

Religión o muerte

1788-1835 – 16 DE FEBRERO – 2008: hace 173 años.

El lema de la bandera que enarbolara años después de QUIROGA: RELIGIÓN o MUERTE, tenía un profundo significado, además de religioso, social. Simbolizaba la lucha de los pueblos que salían en defensa de sus FUEROS, TIERRAS Y FE, guiados por su “caudillos naturales” que les garantizaban JUSTICIA, contra el espíritu descreído, extranjerizante y mercantilista que desde el puerto invadía, interesándose solamente en dominar y regir. Era la lucha de la “civilización” contra la “barbarie”, comenzó a decirse desde 1822 por boca del poeta JUAN CRUZ VARELA. Es cierto. Pero ¿de qué estaban los bárbaros y de qué lado los civilizados?

Cuando en 1825 se reclutaban tropas para la inminente guerra con el Brasil, el general LAMADRID se sirvió de las milicias de Tucumán para quitarle, el 26 de noviembre de ese año, la gobernación de aquella Provincia a JAVIER LÓPEZ. El ladino tucumano había incorporado al después llamado “ejército presidencial”, pagado además con dinero de Buenos Aires, todo un regimiento de colombianos al mando del sanguinario coronel DOMINGO LÓPEZ DE MATUTE. Los mercenarios cometieron verdaderos SALVAJADAS en su paso por las Provincias (Cfr. LAMADRID: Memorias, T. I, págs. 324-328), por eso los pueblos comenzaron a llamar “SALVAJES” a los unitarios.

Pero ahí estaba QUIROGA con su bandera de RELIGIÓN o MUERTE, y el caudillo riojano derrota a los “supuestos” civilizados en las batallas de EL TALA, el 27 de octubre de 1826, y del RINCÓN DE VALLADARES, Tucumán el 3 de julio de 1827.

Después de las derrotas del llamado “ejército presidencial” – que como queda dicho iba al mando del general LAMADRID -, FACUNDO entra en la ciudad de Tucumán. El caudillo era muy aficionado a las fiestas y saraos, y, encontrándose en cierta oportunidad en una las principales casas que lo agasajaban, entabla un diálogo con cierto mozo forastero: el porteño HILARIO ASCASUBI, que había luchado en la batalla del RINCÓN DE VALLADARES nada menos que en el regimiento colombiano del coronel MATUTE.

El forastero, en un momento de la fiesta, ojea una BIBLIA que se hallaba sobre un mueble. He aquí el diálogo: “ – Señor Oficial, ¿qué lee usted? – Mi general, es una Biblia. - ¡Una Biblia¡ - exclamó vivamente QUIROGA - ¿Y por qué leer la Biblia, por Dios? ¿No la conoce? – No la conozco, mi general. – Oh, realmente¡ Y sin embargo, me había dicho que era soldado. Todos los militares deben haber aprendido la Biblia. Por mi parte, yo la sé de la primera a la última página; también mis oficiales. – Es posible, mi general. – No sólo posible, sino cierto – dijo QUIROGA con voz vibrante -. Voy a recitársela, empezando por el Génesis. - ¿Oh general, el comienzo de un libro es siempre fácil de retener, pero la continuación?...

- ¡Entonces, Ud. duda de que yo haya aprendido la Biblia¡ Abra el volumen, señor, en la página que le convenga, y pondré a prueba su desconfianza”. El mozo hojea el Libro y queda abierto el Libro de los Reyes. “- Tiene buena mano – dijo QUIROGA con extraña sonrisa - , tome el capítulo…versículo… donde se dice: “Los arcos de los ricos serán destruidos para engrosar a los flacos, y a los orgullosos se venderán por pan”. Acabo de recordar la parábola. A Ud. le toca ahora, explicarla, señor Oficial. – General, respondió sin titubear el mozo, en lo que respecta a parábola, sólo la táctica y la ordenanza. - ¡Y bien¡ Más instruido que Ud. señor, se la explicaré yo mismo. ¿Ud. es oficial de RIVADAVIA? – Soy oficial de la Nación. - ¡Unitario o federal, poco importa¡ Los arcos de los ricos serán destruidos, escrito está, y como y soy flaco y mis paisanos son flacos, pronto engordaremos con la ruina de RIVADAVIA. Su orgullo le hará venderse, como el presumido de la escritura y, como el hombre de la Biblia, comerá el pan del extranjero. (Cfr. GALLET DE KULTURE: Quelques mots de biographie et une page d´histoire. Le Colonel ASCASUBI, París, 1863, pag. 53, nota; cit. PEDRO DE PAOLI: Facundo. Vida del Brigadier General don JUAN FACUNDO QUIROGA, Víctima Suprema de la Impostura, edit, Ciordia & Rodríguez, Buenos Aires, 1952, págs. 128-131.

- También, FEDERICO IBARGUREN: Nuestra tradición histórica, Buenos Aires, Dictio, 1978, págs. 351 a 354).
Civilización y Barbarie titulará años más tarde SARMIENTO a su panfleto con pretensión de BIOGRAFÍA del caudillo riojano. Antinomia cierta. Pero… ¿De qué lado estaba la civilización y de qué lado la barbarie, ante esta muestra de sabiduría?

DON JUAN FACUNDO QUIROGA (romance)
J. A. CARRIZO

Al pie de “Barranco Yaco”
Treinta hombres había apostados,
Para asaltar la galera
En cuanto hubiera llegado.
Ya sienten los latigazos
De los hombres postillones,
Y en andar de la galera
Que viene a los sacudones.
Ya miran venir el coche,
Rodando por el camino,
¡a la carga¡ dice PÉREZ,
Matemos a ese asesino.
¡Bendito Dios poderoso¡
En aquel terrible asalto,
Un loro que allí venía
Les gritaba que hagan alto.
-Hagan alto – decía el loro
Con su lengüita parlera –
- Haga alto, mi general,
Que le asaltan la galera.
Y se asomó el General
Con sus armas apuntando
Y pega el grito: - A esa gente:
¿Quién la viene gobernando?
Le responde SANTOS PÉREZ
Y de este modo lo trata:
-La hora te llegó, QUIROGA,
Pierdes la vida y la plata.

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